Nota publicada en Diario
"Página 12". Buenos Aires. Agosto 5 de 2009.
Cristina: no te vayas con Chávez
Hace un par de días, en la agradable y apacible ciudad de
Victoria, provincia de Entre Ríos, pude observar en un muro, a
escasas cuadras de la plaza principal, una anónima pintada con aerosol que
rezaba lo siguiente:
Cristina: No te vayas con Chavez. Andate con Chuda.
Si
hubiera sido un varón el Presidente constitucional en ejercicio, ¿esa misma
persona que realizó la pintada, hubiera empleado un insulto de similar tenor,
que aparece como una agresión de género? Es cierto que a los presidentes varones
también se los insulta, pero -en esos casos- los insultos fuertes suelen ir
dirigidos a su condición de hijo y a la “profesión” de su mamá, actividad
históricamente demandada en todas las sociedades, aunque precisamente de mala
reputación.
Grosería, misoginia, afectación de intereses, proyectos políticos
opuestos, o bien suma y/o mezcla de esos distintos componentes, podrían explicar
el ánimo y la decisión del pintor callejero (o de la pintora) en cuestión. Pero
lo principal está en el imperativo del verbo usado para con la Presidenta
constitucional: “andate”.
¿Cómo que andate? La actual Presidenta Cristina Fernández fue elegida
democráticamente en 2007 y tiene mandato hasta 2011. Se puede disentir, se puede
y se debe criticar el accionar del Gobierno en todo aquello con lo que no
estemos de acuerdo, según nuestra propia perspectiva. Pero pretender que una
Presidenta constitucional se vaya antes de terminar su mandato, porque su
política no coincida con nuestra posición o con nuestros intereses, implica un
comportamiento antidemocrático, destituyente,
golpista.
Los sectores de mayor concentración económica (los verdaderos dueños del
poder) y sus acólitos políticos y religiosos se sentían cómodos y favorecidos
por el peronismo menemista de 1989-1999 y no le exigían a Menem que se fuera del
gobierno. Cabe también recordar que estos mismos sectores apoyaron y hasta
fueron parte de las dictaduras cívico-militares de 1966 y
1976.
Durante el pasado mes de abril, en el programa televisivo que
conduce Mariano Grondona, se registró un diálogo sumamente
clarificador (y vale reconocer que también estremecedor) entre este lúcido
constructor de opiniones políticas y coherente representante de los intereses
antipopulares, y Hugo Biolcati, presidente de la Sociedad Rural
Argentina. Biolcati afirmó: “El gobierno de
Kirchner va a durar dos años más... y dos años más, van a ser muy duros.” Y Grondona expresó: “¿Dos?... ¿Te parece?...
No sé qué va a pasar después del 28 de
junio”. Y Biolcati sonriéndose, le contestó: “Eso era lo que te quería
escuchar”. Grondona cerró con una cínica y temeraria re-pregunta a su
entrevistado: “¿Hay un señor que se llama Cobos, no…? Creo que es
vicepresidente…”
No se requiere de una agudeza
superlativa, para identificar el proceder antidemocrático de estos sectores
sociales y de sus “intelectuales orgánicos”. Por supuesto, Mariano Grondona
nunca exigiría en público que la Presidenta se fuera (andate) antes de 2011 y mucho menos con
ese tipo de adjetivos tan poco románticos y elegantes como el que usó el pintor
de Victoria.
Eduardo Buzzi, presidente de la Federación
Agraria Argentina y uno de los cuatro jinetes de la
apocalíptica Mesa de Enlace, en noviembre de 2008, ya había anunciado que
“había que ir desgastando y erosionando, desde donde se pueda, a este
gobierno”.
Los antepasados de Biolcati, de
Llambías, de Garetto, de
Miguens, de Alchourón, de
Crotto, de Martínez de Hoz como síntesis (como
clase social, no necesariamente como individuos) son aquellos que en el siglo
XIX se apropiaron indebidamente de enormes y valiosas extensiones de tierra en
nuestro país, y que en el siglo XX, como muestra de ostentación de su poderío
económico y de cierto tipo de construcción social y cultural, realizaban viajes de placer a Europa llevando
vacas a bordo de los transatlánticos para poder tomar leche fresca todos los
días.
Desconozco el pedigree personal de un ejemplar como
Biolcati, quien en la Apertura Oficial de
la 123 Exposición Rural de Palermo (cuyo predio administra Francisco de
Narváez), desplegó un uso intensivo del vocablo patria
-mencionándolo literalmente decenas de veces en un discurso relativamente breve-
que explica fehacientemente qué y cómo entienden la Patria estos sectores sociales, y que,
a la vez, debe haber enardecido el polvo de los verdaderos patriotas. Y desde
esa posición de clase, de esa caracterización que tienen de sí y del resto, de
cómo entienden y ansían que debe funcionar la sociedad, es que Biolcati en
genuina y coherente representación de la Sociedad Rural dijo
su verdad. Para ellos, es decir para los sectores de mayor riqueza económica,
que no quieren perder sus históricos privilegios, “el Estado es un
predador insaciable”.
Más allá, entonces, de la persona en sí que haya pintado el
muro de Victoria, social y políticamente hay que entender con rigor (y también
con preocupación) que el pintor entrerriano no es un loquito suelto. No se trata
de un mero hecho aislado y espontáneo. Hay sectores sociales y
personajes en particular que apuestan al quiebre
democrático.
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