lunes, 23 de abril de 2012

SOBRE HERMAN KRUSE


SOBRE HERMAN KRUSE

Enero de 2010

Conocí a Herman Kruse en el año 1966, en la Editorial ECRO, en alguno de sus viajes periódicos a Buenos Aires. Él ya colaboraba regularmente con artículos para la Revista “Hoy en el Servicio Social” (luego “Hoy en el Trabajo Social”) y yo comenzaba a acompañar el proyecto profesional y editorial que se fue consolidando e irradiando en toda América Latina bajo la denominación de Grupo ECRO.

Inicialmente manteníamos comunicación epistolar, básicamente ligada a los aspectos operativos de la difusión y distribución de la Revista en Montevideo.

Herman fue Presidente del Segundo Seminario Regional Latinoamericano de Servicio Social, realizado en Montevideo en 1966. El primero se había llevado a cabo en Porto Alegre, Brasil, en 1965, presidido por Seno Cornely; y el tercero en General Roca, Río Negro (Argentina), en 1967, presidido por Natalio Kisnerman.

En octubre de 1967 nos volvimos a ver en un Encuentro sobre Investigación en Servicio Social que organizó en el ISEDET (Instituto Superior de Educación Teológica) de Buenos Aires, el Equipo para la Planificación Económica y Social (PLANES), que dirigía Luis Osvaldo Roggi.

En mayo de 1968 yo dejé de participar plenamente en el Grupo ECRO, en virtud de radicarme en San Clemente del Tuyú para abocarme a la organización del área de Bienestar Social de la Municipalidad de General Lavalle, en la provincia de Buenos Aires.

En julio de 1970, desempeñándome yo como Secretario Académico de la Escuela de Servicio Social de Posadas (Misiones), dependiente de la Universidad Nacional del Nordeste, nos volvimos a encontrar en Montevideo en el Seminario Internacional de Trabajo Social organizado por el Instituto de Solidaridad Internacional (ISI), de la Fundación alemana Konrad Adenauer.  Se trató de un evento muy rico, pero también muy crítico y tormentoso, de lo cual dan cuenta las crónicas de la época, y que nos generó cierto distanciamiento por las posiciones diversas que se produjeron ante la organización, coordinación y hasta los propios contenidos del Seminario.

Al año siguiente, en el mes de marzo, participamos en General Roca, Provincia de Río Negro, en el Primer Seminario sobre Reconceptualización del Servicio Social, que organizó y presidió Natalio Kisnerman.

De ahí en más, se interrumpió bastante nuestra comunicación, a raíz de mi dedicación a la actividad política, a mi permanencia en la cárcel durante 1976 después del golpe militar, y a mi posterior exilio en Lima, Perú, hasta mediados de 1982.

No obstante seguimos intercambiando correspondencia, especialmente a partir de la publicación de mi texto sobre “Antecedentes del Trabajo Social en Argentina”, habida cuenta de que a Herman también le interesaba la historia de la profesión y había escrito una “Historia de la beneficencia y la asistencia social en el Uruguay”. Precisamente me decía en una carta del 27 de abril de 1980: “Recibí tu libro, lo leí y te felicito por el brutal trabajo de investigación histórica (yo que hice algo similar en el Uruguay sé el tiempo que lleva compilar una cosa así).”

Nos reencontramos en Buenos Aires, en octubre de 1984, en unas conferencias que dictó sobre la profesión; y en 1985 nos vimos en Tandil, Provincia de Buenos Aires, pero en un marco más formal: fue uno de los Jurados que dictaminó favorablemente para la obtención de mi cargo de Profesor Titular Ordinario de la Facultad de Humanidades de la Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires.

Y en 1987 también fue uno de los Jurados en el Concurso en el que obtuve mi cargo, que aún ejerzo, de Profesor Titular Regular de la Universidad de Buenos Aires.

Años más tarde, en agosto de 1992, nos volvimos a encontrar en Paraná, Entre Ríos en el XIV Seminario Latinoamericano de Trabajo Social, organizado por ALAETS (Asociación Latinoamericana de Escuelas de Trabajo Social).

En octubre de 1997 estuvimos en Mar del Plata, en las XIX Jornadas Nacionales de Trabajo Social, organizadas por la Federación Argentina de Asociaciones Profesionales de Servicio Social. Recuerdo especialmente nuestras charlas sobre la profesión y también sobre política en Argentina, Uruguay y Brasil, mientras caminábamos por la peatonal San Martín, conjuntamente con José Paulo Netto, y luego durante el almuerzo.

Herman fue, sin duda alguna, uno de los primeros y más lúcidos pensadores que tuvo nuestra profesión desde aquellos años de los inicios del Movimiento de Reconceptualización del Trabajo Social. Escribía fundamentando, y fue punzante y hasta “duro” en alguno de sus libros, en su caracterización de los sectores tradicionales de la profesión.

Vivió en Buenos Aires a comienzos de la década del 50, mientras estudiaba teología en la Facultad Evangélica de Teología. Tuvo también, además del trabajo social y la política, otros intereses, como el periodismo, la literatura y la filatelia.  Estas actividades dan cuenta de un hombre sensible y conectado a su tiempo y a su sociedad, como también lo muestran sus escritos profesionales.

La editorial Hvmanitas le publicó la novela “A comienzos del otoño del 33”. Creo que Herman nunca supo que fui yo quien, en una conversación informal en la editorial, sugirió que la novela se publicara con su nombre real y no con un seudónimo, tal como él lo había propuesto inicialmente.

Lo vi por última vez en noviembre del 2000, en Montevideo -su ciudad natal- en ocasión del 8º Congreso Nacional de Servicio Social del Uruguay. Mientras tomábamos un café, junto a Estela Grassi, me contó de sus problemas de salud post-operatorios, pero también de su buen ánimo para continuar “peleando”. Como si fuera un ritual de todas las veces que nos encontrábamos, hablamos de los temas de siempre: trabajo social y política.   

No hay comentarios:

Publicar un comentario