sábado, 1 de abril de 2017



Muchísimas y sinceras gracias a tod@s los que me saludaron por mi cumpleaños. Entré a los 72 y trataré de seguir dando modesta pelea contra la canalla neoliberal y cipaya que nos gobierna. Como decía Martín Fierro: “hasta el pelo más delgado hace su sombra en suelo” y por eso intentaremos continuar dándole “sombra”, en todos los terrenos posibles, a estos personeros de la anti-patria.
Y ya que surge la mención a la patria, y tratando no sólo de confrontar con la derecha sino también con los izquierdistas abstractos y con los liberales de izquierda, recordamos y reafirmamos aquello de que -en nuestra América sojuzgada y dependiente- “somos nacionalistas, porque somos socialistas; y somos socialistas porque somos nacionalistas”.
¡Vamos compañeras y compañeros!  Procuraremos continuar batallando sobre aquella tensión que nos planteaba Antonio Gramsci entre “el pesimismo de la razón y el optimismo de la voluntad”. Trataré, de aquí hasta los 73 del siguiente 31 de marzo, de mantener la voluntad para bregar por una sociedad más justa.
Un fuerte y fraternal abrazo, NA

martes, 28 de marzo de 2017

Nota "¡No elijan a un Macri ecuatoriano!", publicada en la Revista "La Tecl@ Eñe". Buenos Aires. Marzo 28 de 2017





¡NO ELIJAN A UN MACRI ECUATORIANO!
Norberto Alayón
Profesor Consulto de la UBA
Marzo 2017

El próximo 2 de abril los ecuatorianos vuelven a votar para elegir un nuevo presidente para los próximos cuatro años. La opción será entre Lenin Moreno, actual vicepresidente de Rafael Correa, y Guillermo Lasso, multimillonario banquero de Guayaquil.

Tomando en cuenta los proyectos de retrocesos generalizados (cambios para atrás) que se vienen registrando con tanta crudeza en Argentina y en Brasil, los movimientos sociales latinoamericanos han publicado un significativo Manifiesto, donde expresan: “Querido Pueblo de Ecuador: no caigan en la trampa de elegir a un banquero, porque después no habrá tiempo para el arrepentimiento; pagarán con sus trabajos el error político.”

En Argentina, miles y miles de personas que creyeron ingenuamente que el cambio que prometía Mauricio Macri era para mejorar, ya han caído en cuenta de la falsedad de esa propuesta electorera y se expresan profundamente arrepentidos de haberlo votado. Pero… ahora es tarde.

Mauricio Macri también es multimillonario (como Guillermo Lasso), amasó su enorme fortuna con vinculaciones dudosas, negociados con todos los gobiernos y evasiones impositivas de gran cuantía. Representa al neoliberalismo más fundamentalista y está arrastrando al país a la disgregación, al crecimiento de la pobreza y la exclusión y al desempleo deshumanizante. Como Lasso, del Banco Guayaquil, él y su enriquecida familia tienen decenas de empresas con fondos radicados en guaridas fiscales del mundo para la evasión y lavado de grandes sumas de dinero.

El clamor popular de que “Macri gobierna para los ricos”, ya es una constatación irrefutable. El empeoramiento es tan marcado, con la generación de 1,5 millones de nuevos pobres y 600 mil nuevos indigentes en tan solo un año, que ni siquiera los medios hegemónicos y conservadores ya lo pueden ocultar. El cierre de fábricas y de empresas, la reducción de personal, la contracción de los salarios, el aumento desmedido de las tarifas y el transporte, el crecimiento de la inflación, el debilitamiento de las políticas sociales, la marcada retracción del consumo (hasta el consumo de leche se ha reducido) muestran un panorama absolutamente desalentador.

El Papa Francisco, el pasado 15 de marzo, manifestó: “El trabajo nos da dignidad y los responsables de los pueblos, los que gobiernan, tienen la obligación de hacer todo lo posible para que cada hombre y cada mujer puedan trabajar y así tener la frente alta, mirar cara a cara a los demás, con dignidad.  Los que, por maniobras económicas, por hacer negociados no del todo claros, cierran fábricas, cierran empresas laborales y quitan el trabajo a los hombres cometen un pecado gravísimo." Macri, que se dice católico, con su gobierno está “pecando gravemente”.
La presencia distorsionante y antidemocrática de los EE.UU. en nuestra América es de larguísima data y a todas luces verificable. Con su participación directa o indirecta, apoyando a las fuerzas locales conservadoras, en los últimos años han desestabilizado o tumbado a distintos gobernantes latinoamericanos: Zelaya en Honduras, Lugo en Paraguay, Chavez/Maduro en Venezuela, Correa en Ecuador, Morales en Bolivia, Lula/Rousseff en Brasil, los Kirchner en Argentina.

Los gobiernos de carácter nacional-popular, obviamente, no son perfectos. Cometen errores, pero su perfilamiento global los conecta con los intereses históricos de los sectores más desfavorecidos y ahí radica su enorme progresividad. Estos gobiernos son fuertemente atacados por el imperialismo y por las fuerzas y partidos conservadores de sus respectivos países, no por sus debilidades y defecciones, sino precisamente por sus aciertos en defensa del interés de las mayorías populares. En 2017, los gobiernos nacionales-populares, los populismos latinoamericanos como los que menciono más arriba, son los enemigos principales del imperialismo.

La unidad latinoamericana, la construcción de la Patria Grande, permanece siendo el objetivo estratégico en la lucha inconclusa de nuestros pueblos por la soberanía política, la independencia económica y la justicia social.

Por eso las elecciones del 2 de abril en Ecuador deben ser comprendidas también como si fueran elecciones argentinas, o como brasileñas, o como bolivianas, o como venezolanas. Es el futuro, venturoso o degradado, de nuestra América Latina lo que está en juego.

Anticipada y justa razón tenía Jorge Abelardo Ramos, cuando decía hace ya muchos años que “Fuimos argentinos, uruguayos, bolivianos, peruanos, porque no supimos ser latinoamericanos.”

El próximo 2 de abril muchos argentinos y argentinas queremos ser ecuatorianos. Y anhelamos profundamente que no se equivoquen, como nos pasó en Argentina con Mauricio Macri.

Por nuestra América inconclusa, por nuestra liberación aún en ciernes, les rogamos, queridos hermanos y hermanas ecuatorianas, ¡QUE NO ELIJAN A UN MACRI ECUATORIANO!

miércoles, 22 de marzo de 2017

NOTA "EL GOBIERNO DE LOS 114 EJECUTIVOS"
Publicada en la Revista del IADE (Instituto Argentino de Desarrollo Económico). Buenos Aires. Marzo 21 de 2017.
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domingo, 5 de marzo de 2017

El profesor Norberto Galasso y su equipo de docentes integrado por Maximiliano Molocznik, Mara Espasande, Juan Navarro y Pablo Rodríguez, han sido despedidos de sus trabajos en la cátedra "Pensamiento Nacional" de la Universidad Provincial de Ezeiza (UPE), de la provincia de Buenos Aires, en donde se desempeñaban como contratados desde hacía 5 años de manera ininterrumpida. SE AGRADECE COMPARTIR.
¿“DICTADURA DEMOCRÁTICA O DEMOCRACIA DICTATORIAL”?
 Norberto Alayón

En octubre de 2016, en San Juan en el Congreso Nacional de Trabajo Social, hice referencia en mi exposición a la vigencia en la Argentina actual de un creciente sesgo autoritario, que podría caracterizarse como una suerte de “dictadura democrática” o de “democracia dictatorial”.
Hoy, en febrero de 2017, aparece confirmándose de manera contundente esa tendencia que debilita el funcionamiento institucional.
El Ministerio de Trabajo de la Nación, conducido por Jorge Triaca (h), acaba de presentar un pedido de juicio político contra los dos camaristas (Enrique Arias Gibert y Graciela Marino) que avalaron la legalidad del reciente acuerdo paritario de los bancarios, requiriendo su destitución bajo los cargos de "mal desempeño, falta de idoneidad, negligencia grave, arbitrariedad, falta de imparcialidad e incumplimiento de la Constitución nacional". Mientras tanto, el gobierno del PRO-Cambiemos declama falazmente a los cuatro vientos que ellos no van a intervenir, no van a presionar, ni van a interferir en el funcionamiento del Poder Judicial.
Desde la Asociación Bancaria manifestaron su solidaridad con los jueces y advirtieron que sufren "un hostigamiento que violenta el orden constitucional".
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jueves, 16 de febrero de 2017

ASOCIACIÓN ILÍCITA

El gobierno actual en Argentina, más que representar a la reaccionaria ideología neoliberal, opera como una suerte de asociación ilícita.

sábado, 14 de enero de 2017

Nota "MACRI Y EL POPULISMO DE DERECHA". Diario "Página 12". Buenos Aires. 14/01/17.

Norberto Alayón - Profesor consulto (UBA). Autor del libro Asistencia y asistencialismo.
Los conservadores, los liberales, los socialistas “juanbjustistas”, los anarquistas, los “izquierdistas” siempre se opusieron y cuestionaron firmemente las medidas populistas que, progresivas aunque no totalmente suficientes, adoptaron el yrigoyenismo, el peronismo y su expresión más reciente el kirchnerismo en favor de los sectores más postergados de la sociedad.
Los “izquierdistas” critican al populismo porque éste no tiende a erradicar el sistema capitalista. Se muestran incapacitados para comprender la progresividad histórica de los movimientos nacionales y populares en los países dependientes como los nuestros.
Por su parte, los conservadores (la derecha, como la que hoy gobierna la Argentina) lo critican y abominan del mismo porque, aún incompletamente, defiende más los intereses de los sectores populares.
Aunque malsano, resulta absolutamente coherente que los sectores de privilegio hayan desplegado una demonización sistemática -a través de sus diarios, de sus radios, de sus canales de televisión, de sus intelectuales y académicos orgánicos- del concepto y de las políticas populistas.
Sin embargo, cuando estos sectores conservadores acceden al gobierno no dejan de asumir medidas populistas, aunque con objetivos cualitativamente diferentes. ¿Podríamos hablar, entonces, de la existencia de un “populismo de izquierda” (progresivo) y de un “populismo de derecha” (conservador). Creemos que sí, por lo siguiente:
Una cosa es la adopción de medidas populistas por parte de gobiernos que asuman, de manera estructural, el combate (aunque parcial) del fundamentalismo capitalista, preservando, ampliando y construyendo derechos para las mayorías; y otra, muy distinta, las medidas populistas que adoptan los gobiernos conservadores (como el neoliberalismo actual) que, a la par de representar y defender obscenamente los intereses de los sectores más privilegiados del sistema, generando más pobreza y excluyendo a más población, despliegan políticas asistencialistas en la perspectiva de la mera contención social, del control social y del disciplinamiento. La asistencia se transforma en una suerte de práctica bondadosa y caritativa y desaparece toda idea de derechos para el pueblo en su conjunto.
En el gobierno actual, mientras se avanza brutalmente con la pérdida de derechos (económicos, sociales, humanos, culturales) se mantienen ciertas políticas populistas, las cuales adquieren -al no articularse con procesos estructurales de defensa del bienestar general- un mero sesgo asistencialista.
Cuando las autoridades y los referentes más destacados del PRO-Cambiemos (y aún sus adláteres más degradados e inimputables) afirman, dentro y fuera del país, que se terminó el populismo en Argentina, ¿qué quieren decir? Avisan, en concreto, que ellos están restaurando las posiciones y las políticas más conservadoras, en contra de las mayorías populares.
Con descaro, cínicamente, disfrazan el discurso, adjudicándole todos los supuestos males al populismo de los proyectos nacionales y populares, mientras continúan ellos con las prácticas populistas, pero de derecha.