lunes, 28 de mayo de 2018


“Voces, inflexiones y reflexiones sobre la Reconceptualización del Trabajo Social”.
ENTREVISTA: Norberto Alayón (Argentina), Marcos Chinchilla (Costa Rica), Rosa María Cifuentes (Colombia), Rito Maldonado (México), Lorena Molina (Costa Rica).
XXI Seminario Latinoamericano de Escuelas de Trabajo Social – Mazatlán, México – Octubre 2015.
https://youtu.be/fa6_4GAf4BE 
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domingo, 22 de abril de 2018


LOS CIPAYOS Y EL ABANDONO DE LA UNASUR
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Sobre el adjetivo “cipayo” no faltan quienes -a manera de crítica despectiva- afirman que se trata de un vocablo y una categoría vetusta y hasta agresiva. Todo lo contrario: no es un concepto viejo, ni calumniante. Contiene una caracterización rigurosa y tiene -lamentablemente-  absoluta actualidad y contundente significado.

El término cipayo tiene su origen en aquellos soldados locales que la pérfida Inglaterra empleaba en sus colonias para que combatieran en contra de sus propios pueblos, contribuyendo a la dominación de los mismos. Desde ahí, el concepto se fue extendiendo hacia el campo de la política.

El Papa Francisco lo recordó el 21 de enero de 2017 en un reportaje que le hizo el diario “El País” de España. Ahí dijo el Papa: “El cipayo es aquel que vende la patria a la potencia extranjera que le pueda dar más beneficios. Y en nuestra historia argentina, por ejemplo, siempre hay algún político cipayo. Así que Latinoamérica tiene que rearmarse con formaciones de políticos que realmente den a Latinoamérica la fuerza de los pueblos”.

Macri, Temer, Piñera, Santos, Cartes y Vizcarra, que al retirarse de la UNASUR (Unión Sudamericana de Naciones) sirven fielmente al imperialismo norteamericano, como presuntos cristianos debieran reflexionar sobre esta certera explicación del Papa Francisco que los incluye y define indubitablemente.

jueves, 15 de marzo de 2018



LINK DE MI NUEVO LIBRO: “NO al macrismo desde el Trabajo Social” (Prólogo de Federico Schuster). 
(Acceso gratuito en formato PDF). SE AGRADECE COMPARTIR.


jueves, 8 de marzo de 2018



Nota ¿POR QUÉ LO INSULTAN A MACRI?, publicada en la Revista “La Tecl@ Eñe”. Buenos Aires. Marzo 7 de 2018.
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¿Qué significado se le puede atribuir a los insultos reiterados que viene recibiendo el presidente Macri en la actualidad y que se viralizan y se incrementan en ámbitos y circunstancias muy diversas? He escuchado el cántico tarareado y silbado en colectivos de transporte público, por jóvenes y no tan jóvenes.

¿Se trata de algo obsceno, agraviante, que afecta la investidura presidencial? ¿De un accionar insustancial, simplemente chistoso? ¿De un estado de ánimo exasperado por las medidas de un gobierno antipopular?

Aunque la expresión “MMLPQTP” aparece literalmente como contundente, no se refiere -por supuesto- a la madre del presidente. Se refiere, en la jerga corriente, al presidente y a su gobierno.

Algunos sectores adictos al gobierno aparentan escandalizarse, quieren prohibir o sancionar los cánticos, intentando negar el sentido simbólico de la expresión, criticando el lenguaje soez empleado. Pero resulta que se trata del lenguaje cotidiano que se utiliza mayoritariamente en la sociedad.

En la reciente inauguración de las sesiones ordinarias del Congreso Nacional, la propia vicepresidenta de la Nación, Gabriela Michetti, le dijo al titular de la Cámara de Diputados, Emilio Monzó: “Ayudame, boludo; no me dan pelota”. No le dijo zonzo, necio o estúpido. En Chile, un sinónimo de boludo es “huevón”. Bolas, pelotas, huevos se refieren también a ciertos atributos masculinos. ¿Michetti lo agredió, lo insultó groseramente a Monzó? ¿Habrá asociado a Monzó como poseedor de una hipertrofia puntual en su anatomía o sufriente de varicocele?

¿Qué será entonces lo agresivo, lo obsceno, lo insultante? Recuerdo haber visto, en el año 2009, una pintada en un muro del centro de la ciudad de Victoria (Entre Ríos), dirigida a la presidenta de la Nación en ejercicio. Decía, “Cristina: No te vayas con Chávez. Andate con Chuda”. Todo un delicado adjetivo, que hombres y mujeres le adjudicaban (también el de “yegua” y otros) -por medio de radios,  televisión y algún diario- a Fernández de Kirchner.

O bien otras expresiones muy agresivas y mucho más peligrosas, aunque sin emplear las llamadas “malas palabras”, como aquellas de Mauricio Macri del 2010, siendo Jefe de Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, cuando propuso “tirar por la ventana a Néstor Kirchner”. O la del monseñor Antonio Baseotto, obispo castrense, en el 2005, que decía que el ministro de Salud Ginés González García merecía que “le cuelguen una piedra de molino al cuello y lo tiren al mar”, lo que no es un simple insulto o agresión, ya que tiene antecedentes concretos y muy cercanos en nuestro país.

Los cánticos críticos hacia el presidente hacen evidente el estado de exasperación, de rabia, de catarsis, de impotencia ante las oprobiosas medidas que viene adoptando el gobierno en claro perjuicio de los sectores medios y bajos de la población y -en espejo opuesto- en ominoso beneficio de los sectores más ricos de la sociedad.

Oficialistas y opositores saben de sobra que el gobierno miente, en forma sistemática e impune, con malicia y frivolidad, socavando hasta la esencia misma del necesario funcionamiento democrático.

Lo verdaderamente obsceno, lo ciertamente grave e insultante, no son los cánticos, más allá del lenguaje empleado. Lo inmoral es el proyecto de degradación nacional, con consecuencias actuales y futuras, que representa y despliega impiadosamente el partido PRO y su Alianza Cambiemos.

Muchos miembros del gobierno y sus aliados expresan ante esta reacción popular una vacía e hipócrita moralina. Se hacen los ofendidos o pretenden victimizarse, se desgarran las vestiduras, ante ciertos epítetos que ellos mismos utilizan corrientemente. Como seguramente los emplearán, a diario, los sectores de la elite económica que estudian o estudiaron en suntuosos colegios privados.

En el año 2014, Mauricio Macri (hoy insultado por las políticas que pone en práctica), en una especie de alarde de galán gracioso y de machismo explícito, lindante con el incentivo al acoso de género, dijo que “a todas las mujeres les gusta que le digan qué lindo culo que tenés”. No apeló siquiera a algún vocablo refinado o eufemístico.

A lo mejor, en este combo perverso y simultáneo de medidas antipopulares y de mentiras sistemáticas que despliega el gobierno, a algunos les termine gustando que la gente le diga, le grite, le cante lo que se merecen.

Norberto Alayón
Trabajador Social. Profesor Consulto de la UBA.