Reportaje en el Programa televisivo "Diálogos en el Senado", del
Senado de la Nación Argentina, emitido el 28/9/2015.
martes, 6 de octubre de 2015
martes, 15 de septiembre de 2015
Norberto Alayón
Profesor Regular
Titular – Facultad de Ciencias Sociales (UBA)
Fernando “Chiche” Niembro fue el ex vocero que anunció, como
Secretario de Medios del presidente Carlos Menem, los indultos a los genocidas
de la dictadura cívico-militar-eclesiástica que asoló a la Argentina entre 1976 y
1983. Se trata de un periodista deportivo que mantiene, desde hace tiempo, una
íntima relación política y comercial con el procesado Jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires
Mauricio Macri, empresario neoliberal, ex presidente del Club Boca Juniors,
líder del Partido PRO y candidato a Presidente de la Nación por dicha agrupación
política. Niembro es, en la actualidad, el primer candidato a diputado nacional
por la provincia de Buenos Aires, representando al Frente “Cambiemos” que
aglutina a los sectores de derecha liderados por el PRO, al radicalismo
“alvearizado” de Ernesto Sanz y a la inimputable acusadora serial Elisa Carrió
de la “Coalición Cívica”. Empresas vinculadas con Chiche Niembro (La Usina Producciones SRL)
recibieron del Gobierno de Macri más de 20 millones de pesos, a través de
centenas de contratos de irregularidades manifiestas.
La ex esposa de Niembro es Mirta Regina Brizuela, quien
preside la Fundación Social
para el Bienestar de la Gente ,
creada en 1997 y con sede en la calle Hernandarias 694 del barrio de La
Boca. La secretaria de la Fundación es Mariana
Niembro, hija de Fernando y Mirta. La tesorera es Estela Suárez y a cargo de
las Relaciones Institucionales está Carolina, también de apellido Brizuela. La Fundación habría
recibido 2,5 millones de pesos del gobierno de Mauricio Macri.
En la página web de la Fundación figuran como auspiciantes entidades de
diversa índole y distintas empresas. Entre ellas la AFA (Asociación del Fútbol
Argentino), la Asociación
Psicoanalítica Argentina, el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, el
Club Atlético Boca Juniors, la empresa Edenor, el Banco Galicia, la empresa
Nike, la empresa Repsol-YPF (que ya no existe), la empresa Transportes José
Beraldi S.A., Dos Escudos, la
Confitería y Panadería ISIS.
Como objetivo, la Fundación menciona: “En este juego infinitamente
creativo nos encontramos con todo el equipo de trabajo construyendo en el aquí
y ahora un futuro donde la responsabilidad recíproca sea un valor social”. Como
visión, aspiran a “Ser la organización mediante la cual las empresas y la
comunidad puedan participar en la inclusión social de los niños y familias en
situación de pobreza a las cuales ayudamos con nuestros programas”. Y como
“principios guía” proponen: “trayectoria, sensibilidad, profesionalismo,
confianza, bienestar social, transparencia, austeridad, creatividad,
eficiencia, contención, esperanza, amor y respeto a los niños, convicciones
sólidas, ética, respeto e intercambio por y con el otro, compromiso y
solidaridad”.
Sugestiva aparece la enorme vastedad y mezcla de
“principios”, donde nada queda afuera. Pareciera una suerte de oda a la bondad,
en abstracto y sin real carnadura.
En el año 2010, la Fundación llevó a cabo unas Jornadas del
Bicentenario, publicando el 20 de mayo la siguiente información: “La Fundación Social
y HSBC Argentina realizaron las Jornadas Solidarias en el “Parque de Flora
Nativa Benito Quinquela Martín” participando más de 300 niños con sus familias;
fue un gran día de fiesta para todos. Los niños participaron de todas las
actividades deportivas, lúdicas y musicales acompañados por los voluntarios del
banco y de la Fundación. Al
finalizar se realizó el sorteo de pelotas, donadas por la empresa Nike de
Argentina, dos cafeteras y un televisor”.
El Banco HSBC está siendo investigado por la AFIP (Administración Federal
de Ingresos Públicos), por evasión fiscal y fuga de capitales, a partir de una
denuncia iniciada en 2006 por el organismo recaudador de Francia. Se trata de
4.040 cuentas abiertas en la filial de Ginebra del banco, por un monto superior
a los 3.500 millones de dólares, que salieron de Argentina sin pagar los
impuestos correspondientes. Según fuentes que accedieron a la documentación,
algunos de los titulares más importantes de esas cuentas y que habrían fugado
divisas por intermedio de las maniobras del HSBC son Cablevisión y Multicanal,
Telecom, La Serenísima ,
Loma Negra, Banco Velox, el dueño de Edenor (Marcos Mindlin), los hermanos
Grobocopatel, Raúl Moneta, etc.
¡Oh, los filántropos! ¡Qué sería de los pobres sin los
filántropos!
El 13 de julio de 2006, las actividades de la Fundación que preside
Mirta Brizuela fueron declaradas de “Interés Social” por la Legislatura de la Ciudad Autónoma de Buenos
Aires, mediante la Resolución N º
266/2006. Dicha Resolución fue firmada por Santiago de Estrada y Alicia Bello.
El abogado Santiago de Estrada, prominente cuadro de la Iglesia Católica , se desempeñó
-durante la dictadura de Juan Carlos Onganía- como Secretario de Estado de
Promoción y Asistencia de la
Comunidad ; y posteriormente como Secretario de Seguridad
Social en la última dictadura cívico-militar-eclesiástica. También fue
embajador de Raúl Alfonsín ante el Vaticano; y Secretario de Seguridad Social
de Carlos Menem, Presidente del PAMI y Subsecretario de Desarrollo Social. Más
tarde se transformó en un destacado referente del Partido Unión PRO, ocupando la Vicepresidencia 1ª
de la Legislatura
de la Ciudad
de Buenos Aires. Actualmente es Auditor General de la Ciudad.
En la fotografía del Acto de Entrega del diploma
correspondiente, en uno de los salones principales de la Legislatura , aparece
Fernando Niembro con distintas señoras y una veintena de niños/as sentados en
el escenario.
María Eugenia Vidal, es la Vicejefa de Mauricio
Macri en la Ciudad
de Buenos Aires y candidata a gobernadora de la provincia de Buenos Aires por
el PRO. En los inicios de la Fundación
Social para el Bienestar de la Gente colaboró activamente
con su presidenta Mirta Brizuela. Más tarde, Vidal fue Ministra de Desarrollo
Social de la ciudad. Hoy defiende enfáticamente a Fernando Niembro, denunciado
penalmente por la
Procuraduría de Criminalidad Económica y Lavado de Activos
(Procelac), afirmando que “todo lo que se hizo fue legal”.
Roberto Digón, ex vicepresidente de Boca Juniors, comentó en
estos días -según el diario Página 12- que “Por pedido de Mauricio (Macri) le
dábamos a la ex mujer de Niembro un dinero importante. No recuerdo bien si eran
10 mil o 20 mil dólares mensuales de aquella época”.
Por cierto, habrá que investigar con la debida intensidad y
responsabilidad la existencia de eventuales anomalías que se puedan haber
registrado a partir de este tipo de estrechas relaciones políticas, comerciales,
familiares y filantrópicas.
Mientras tanto, no podemos dejar de recordar que la historia
demuestra, en todas las épocas, que los
filántropos siempre necesitaron más a los pobres, que los pobres a los
filántropos.
Buenos Aires, septiembre 15 de 2015.
jueves, 27 de agosto de 2015
INTERVENCIÓN EN EL PROGRAMA "SANTOS Y PECADORES". RADIO AMÉRICA 1190. BUENOS AIRES. 26/08/2015.
https://www.mixcloud.com/SantosyPecadores1190america/santos-y-pecadores-26082015-radio-america-invitado-norberto-alayon-am-1190/
SE AGRADECE COMPARTIR.
https://www.mixcloud.com/SantosyPecadores1190america/santos-y-pecadores-26082015-radio-america-invitado-norberto-alayon-am-1190/
SE AGRADECE COMPARTIR.
viernes, 14 de agosto de 2015
"La AUH no es un Plan Social". Nota publicada en el diario "Página 12". Buenos Aires. Agosto 14 de 2015.
Norberto
Alayón
Profesor
Titular Regular – Facultad de Ciencias Sociales (UBA)
Con bastante recurrencia podemos escuchar o leer
afirmaciones, inclusive de funcionarios públicos nacionales, que definen y
caracterizan a la
Asignación Universal por Hijo para Protección Social (AUH) como
un Plan Social.
Creemos que resulta conveniente resaltar, en principio, que la AUH no es un Plan Social. La AUH es una importante política pública, del
campo de la seguridad social, que construye un derecho, con perspectiva
universal, de impacto significativo en el ingreso de los hogares de los/as
trabajadores más desprotegidos.
Planes asistenciales focalizados de mera mitigación y
control social y flexibilización laboral, precarización y desempleo, definieron
la contundente y perversa esencia del neoliberalismo de los 90, que tanto
perjuicio le generó al país y a la región. Pérdida o reducción de derechos y
planes sociales constituyeron las dos caras de una misma moneda.
Sin embargo, no se trata de desmerecer indebidamente a la
asistencia social a las familias que no disponen de los recursos para
satisfacer sus necesidades mínimas, como meras medidas populistas, coyunturales
y paliativas, que no atacan a fondo las diversas problemáticas derivadas de las
situaciones estructurales que generan pobreza y exclusión. Cabe recordar una
obviedad: la única manera de atacar a
fondo la pobreza es atacando a fondo al sistema capitalista.
De los sectores sociales que se resisten a aceptar una cabal
democracia para todos, parten las
expresiones de estigmatización y rechazo hacia quienes reciben asignaciones
estatales, haciéndolos históricamente objeto de diversos mitos y falsedades:
que son vagos y no quieren trabajar; que la ayuda económica que reciben la
destinan a bebidas alcohólicas o “que se va a ir por la canaleta del juego y de
la droga”; que las niñas y adolescentes “se embarazan a propósito para cobrar
la asignación por hijo”, etc.
Por todo ello, además de la diferencia conceptual entre
planes sociales y políticas de seguridad social, resulta necesario esclarecer
las características y alcances de estas medidas, contribuyendo a desterrar
prejuicios y posicionamientos de clase, tendientes a preservar los privilegios
de aquellos sectores sociales que pretenden negar el legítimo derecho de todos los ciudadanos a tener una vida
mejor.
Cuando todos los trabajadores formales (aún los que perciben
sueldos importantes) cobran el salario familiar (prenatal, licencia por
maternidad, hijo, hijo discapacitado, ayuda escolar, matrimonio, nacimiento,
adopción), o desgravan cargas sociales del impuesto a las ganancias, no se
escuchan voces críticas y despectivas o imputaciones de que se estaría
recibiendo un clientelístico plan social o bien que ese ingreso extra sería
destinado a vicios o a gastos superfluos. Y está bien que así sea, porque
estamos en presencia de una política (por suerte consolidada desde hace tiempo)
de seguridad social. Pues bien: lo mismo acontece con la AUH , la asignación por embarazo
y más recientemente, por escolaridad y por nacimiento (el Programa Qnitas) que
vienen a consagrar para los trabajadores/as informales y los desocupados/as el
mismo derecho que tienen los asalariados formales.
Puede parecer ocioso enfatizar acerca de la importancia, en
la línea de la prevención, que adquieren las medidas dirigidas a mejorar la
calidad de vida de la infancia y la adolescencia. Alimentar, atender la salud y
educar a todos los niños y adolescentes, son las cuestiones básicas que hay que
garantizar para contribuir a la consolidación de una sociedad más justa y
democrática, y para prevenir también nocivas consecuencias futuras, de difícil o
hasta a veces imposible resolución.
Para las corrientes neoliberales, los derechos dependen del
mercado; es decir, no hay derechos, sino capacidad (o no) de consumo. El
derecho al trabajo, a condiciones dignas para el mismo y a la seguridad social
y protecciones ante avatares de la vida, exige la intervención del único órgano
con capacidad de imponerlo legítimamente, que es el Estado y por la ley.
Buenos Aires, agosto de 2015.
lunes, 20 de julio de 2015
Nota
"Marx y el desarrollo capitalista en Argentina", publicada en
el Diario "Página 12" (Suplemento Económico
"Cash"). Buenos Aires. Julio 19 de 2015.
MARX Y EL DESARROLLO CAPITALISTA EN
ARGENTINA
Norberto Alayón
Profesor Titular Regular – Facultad
de Ciencias Sociales (UBA)
El 25 de julio de 1867, en Londres,
el alemán Carlos Marx escribió el Prólogo a la primera edición de su obra “El
Capital – Crítica de la economía política - Tomo I” (Fondo de Cultura Económica,
México DF, 1987, Vigésima reimpresión).
Advirtió que “Allí donde en nuestro
país la producción capitalista se halla ya plenamente aclimatada, por ejemplo en
las verdaderas fábricas, la realidad alemana es mucho peor (sic) todavía que la inglesa,
pues falta el contrapeso de las leyes fabriles. En todos los demás campos,
nuestro país, como el resto del occidente de la Europa continental, no sólo
padece los males que entraña el desarrollo de la producción capitalista, sino
también los que supone su falta de desarrollo. Junto a las miserias modernas,
nos agobia toda una serie de miserias heredadas, fruto de la supervivencia de
tipos de producción antiquísimos y ya caducos, con todo su séquito de relaciones
políticas y sociales anacrónicas
(sic). No sólo nos atormentan los vivos, sino también los muertos. Le mort saisit le vif!
(sic)”.
Marx reconoce, aunque sin defender
al capitalismo por supuesto, que existía un doble y simultáneo sufrimiento: por
la presencia del capitalismo y también por la falta de desarrollo
capitalista.
Cien años después, el destacado
dirigente de la izquierda nacional en Argentina Jorge Enea Spilimbergo argumentó
que “nuestro capitalismo, fundado en la estancia y no en la fábrica, es un
capitalismo del atraso, colonial, desprovisto de estructura y de técnica
capitalistas” (“El socialismo en la Argentina ”, Ediciones Octubre). Agregando que “la
oligarquía terrateniente, pese a ser una clase capitalista, se yergue como
obstáculo formidable opuesto al desarrollo capitalista, es decir al proceso de
acumulación de las fuerzas productivas”.
Para la misma época en Argentina,
José Luis Madariaga (“Introducción al socialismo”, Ediciones Octubre)
refiriéndose a la oligarquía, afirmaba que “es una clase capitalista (sic) que se funda en la
explotación del proletariado rural. Pero la fuente de sus ganancias no es la
plusvalía, sino la renta diferencial
(sic). La propiedad privada sobre la tierra, bajo el capitalismo, permite al
terrateniente embolsarse una renta, que deriva de su monopolio sobre la tierra.
Esa renta es diferencial cuando la fertilidad de la tierra permite producir a
costos más bajos que los costos promedio de todas las tierras en producción.
Como los precios de los productos agropecuarios se fijan en el mercado mundial,
en su determinación entran tierras menos fértiles. La oligarquía argentina, por
la gran fertilidad de las tierras pampeanas, pudo embolsarse una enorme renta
diferencial. Así, no tenía interés en reinvertir sus beneficios en el proceso
productivo. Malgastó esa renta en consumos improductivos y de lujo, que
importaba de Europa. Al revés de la oligarquía, la burguesía tiende a la
ampliación del mercado interno y la acumulación de la plusvalía. La oligarquía
es librecambista, enemiga del proteccionismo industrial y, por eso, enemiga del
desarrollo de un capitalismo industrial autónomo”.
Spilimbergo, en su texto, agregó que
“por cobarde, capituladora y estéril que haya sido, y seguramente será, la
política de la burguesía argentina, hay una contradicción insoslayable entre la
ley de la acumulación burguesa y del
mercado interno (sic), por un lado, y la ley de consumo de la renta (sic), por el
otro”. Rematando que “es la frustración de un desarrollo capitalista y no la
plétora de capitalismo, el origen de la crisis argentina”.
Como vemos, el carácter parasitario
y ocioso de nuestra tradicional oligarquía, que se constituyó como una suerte de
“clase capitalista no burguesa”, obstaculizó el desarrollo industrial del país,
manteniendo en muchos casos relaciones de tipo cuasi feudal. La enorme riqueza,
obtenida por las grandes extensiones de campos y por la renta diferencial de la
tierra, condujo a estos sectores a evidenciar un comportamiento exento de
“dinamismo burgués” y antiindustrialista. Con semejantes ganancias, los
terratenientes no estaban interesados en reinvertir sus
beneficios.
Tal vez, de este origen
“naturalmente perezoso” de la oligarquía, nuestras burguesías nacionales hayan
encontrado una suerte de modelo productivo a imitar, ligado a la búsqueda de
ganancias desmedidas, con un mínimo de riesgo e inversión o bien aprovechando
protecciones, prebendas, abusos y saqueos sobre el Estado para que respaldara
sus intereses privados, por sobre el bienestar del conjunto de la sociedad. Con
frecuencia, esta violación de la esencia misma del funcionamiento capitalista,
ligada a la inversión y al riesgo, constituye una conducta irredimible: quieren
ganar fortunas -y además en el menor tiempo posible- sin correr prácticamente
ningún tipo de riesgos.
En Argentina, en el 2015 y en el
contexto de un capitalismo dependiente, permanece vigente la tensión entre las
propuestas de cierto desarrollo sólo para algunos, con exclusión y pobreza para
muchos y, por otro lado, las propuestas de mayor inclusión y redistribución más
equitativa de la riqueza, conjuntamente con la superación de niveles de atraso,
incompatibles con la necesaria consolidación de un país
desarrollado.
Potenciar la industrialización;
mejorar la insuficiente infraestructura; multiplicar las obras públicas;
rescatar el control y explotación de los recursos naturales; administrar con
sentido nacional los servicios estratégicos de transporte, comunicación,
vivienda, educación, salud; fortalecer el desarrollo científico y tecnológico;
entre otros, constituyen desafíos insoslayables en la perspectiva de avanzar en
el intento de recuperación de mayor soberanía, de mayor independencia y de mayor
igualdad.
Claro que a las conservadoras
concepciones que históricamente bregaron por el bienestar sólo de algunos pocos
y, en espejo opuesto, por el malestar de muchos otros, se les adicionó el
fundamentalismo neoliberal de los 90 que arrasó escandalosamente con bienes y
derechos conquistados con el esfuerzo y la lucha de las generaciones
precedentes. Como agudamente describe el sociólogo portugués Boaventura de Sousa
Santos “el neoliberalismo, basado en el capital financiero, es la versión más
antisocial del capitalismo”.
El politólogo brasileño Emir Sader
destaca que “El neoliberalismo buscaba destruir la imagen del Estado
-especialmente en sus aspectos reguladores de la actividad económica, de
propietario de empresas, de garante de derechos sociales, entre otros- para
reducirlo a un mínimo, colocando en su lugar la centralidad del mercado”. Y
enfatiza que “El Estado, refundado o reorganizado alrededor de la esfera
pública, es un agente indispensable para la superación de los procesos de
mercantilización diseminados por la sociedad”.
Despliega -asimismo- Sader, la idea
de que “Democratizar nuestras sociedades es desmercantilizarlas, es transferir
de la esfera mercantil hacia la esfera pública, la educación, la salud, la
cultura, el transporte, la habitación; es rescatar como derechos lo que el
neoliberalismo impuso como mercancía”.
En el mes de noviembre de 2014 se
llevó a cabo, en Buenos Aires, un encuentro organizado por un denominado Foro de
Convergencia Empresarial. En ese evento, en el que participaron los directivos
de las principales compañías del país, intervino el representante de la
importante empresa argentina Techint (que tiene fijado su domicilio en
Luxemburgo), la cual presidida por el ítalo-argentino Paolo Rocca se dedica
especialmente a la fabricación de caños sin costura, destinados a la industria
petrolera.
Con brutal sinceridad, el
representante del Grupo Techint expresó que “El mercado le va a ganar al
Estado”. Fantástica convicción que pone en evidencia el posicionamiento
ideológico-político de este tipo de empresarios que, a la par de lucrar con el
Estado, simultáneamente se proponen debilitar y “derrotar” al Estado, si éste no
se somete de manera dócil y cómplice para garantizarles sus enormes
ganancias.
Seguramente, estos empresarios
tendrán añoranzas de otros períodos, de otros gobiernos y de otros funcionarios
que servían más puntualmente a los intereses de las empresas “argentinas”. Deben
extrañar al Dr. Juan Alemann, quien fue secretario de Hacienda del dictador
militar Jorge Rafael Videla y del dictador civil José Alfredo Martínez de Hoz,
cuando afirmaba con convicción que “… en definitiva, el Estado es el socio
oculto de todas las empresas privadas”. En algunos momentos de la historia, el
Estado opera como el “socio oculto” de las empresas privadas y en otros como el
“socio desfachatado” que ya no necesita disimular, momentos en los cuales los
sectores del gran capital despliegan obscenamente sus enormes privilegios, con
toda soberbia y hasta como si se tratara de un hecho “lógico y normal”. Muchos
empresarios “nacionales” se enriquecieron de manera exponencial e inimaginable
con los negocios que encararon con el Estado o con la protección del Estado,
especialmente durante la dictadura cívico-militar y luego con el menemismo.
Estos sectores no soportan la
existencia de un Estado que tienda siquiera a regular los intereses no idénticos
entre el capital y el trabajo. Quieren un Estado que sólo exprese y defienda sus
intereses, al cual puedan condicionar y hasta conducir para imponer con
impudicia las reglas y los intereses del mercado. De ahí se desprende su
desmedido y sistemático afán de debilitar a todo aquel Estado que intente
ponerle límites a su voracidad. En definitiva, el resultado que buscan sería:
cuanto menos Estado, más mercado.
Certeramente, Sousa Santos afirma
que “El Estado es un animal extraño, mitad ángel y mitad monstruo, pero, sin él,
muchos otros monstruos andarían sueltos, insaciables, a la caza de ángeles
indefensos. Mejor Estado, siempre; menos Estado, nunca”.
Muchas de las críticas despiadadas a
la presencia fuerte y extendida del accionar del Estado y que propagandizan las
eventuales bondades de un “Estado mínimo”, apuntan -elíptica o abiertamente-
hacia la transformación del Estado y su desmantelamiento como garante del
bienestar general, tal como debe ser una de sus funciones básicas. Si está
“ausente” o defecciona el Estado como equilibrador de los intereses de los
distintos sectores, la cruel y voraz lógica del mercado se impondrá muy
fácilmente, sin que nada, ni nadie pueda controlarla o
atenuarla.
En rigor, los Estados nunca están “ausentes”. Por presencia o por
“ausencia”, los Estados siempre están presentes. En el auge del neoliberalismo,
nuestros Estados no se “achicaron”; lo que aconteció es que redefinieron sus
objetivos y su presencia activa se direccionó abiertamente hacia la defensa de
los intereses de los sectores de mayor concentración y poder económico. Era
cierto aquello de que detrás de la propuesta de los Estados “mínimos”, estaba la
ambición de que se transformaran en Estados máximos…pero del capital, vulnerando
la noción de bienestar general y erosionando impúdicamente los principios de
equidad y solidaridad. En idéntico sentido operaba aquella perversa promesa,
impulsada exitosamente por la dictadura y luego por el menemismo, de que
“achicar el Estado es agrandar la nación”.
Capital y trabajo son los factores esenciales en la generación de
riqueza. Ambos debieran ser considerados y valorados como simétricos e
igualables, en la perspectiva de la vigencia de relaciones humanas que
dignifiquen la vida social y la existencia de sociedades verdaderamente
democráticas en pos de un mundo sustentable para todos.
Es sabido que la lógica y la
“racionalidad” del capitalismo se centra irreductiblemente en la búsqueda
denodada del lucro y la acumulación, sobre la base de la expoliación de la
productividad del trabajo de otros. Si la acumulación por parte de un sector
social se basa en la apropiación diferenciada de la riqueza y en una
distribución desigual, la construcción y cristalización de sectores ricos y
pobres se transforma en algo “natural”, inherente a las propias características
del modelo de funcionamiento social. De ello se deriva la existencia de
sociedades duales, con polos opuestos de altísima concentración de riqueza por
un lado y de enorme concentración de exclusión y pobreza por el otro.
Ante ello, un Estado -con vocación
política dirigida a proteger el interés nacional y popular- no puede prescindir
de regular y supervisar el accionar de los sectores del capital. La política, en
representación del interés general, debe primar por sobre el comportamiento de
las empresas y de los empresarios.
En la actual coyuntura nacional e
internacional, se requiere de un Estado que, aún capitalista aunque perfilando
un futuro no capitalista, opere decididamente como garante pleno del interés
general de la sociedad, y especialmente de los sectores más vulnerados, por
sobre el interés privado de los sectores del capital.
En suma, un Estado que pueda sentar
las bases para ir construyendo una democracia sólida y vigorosa, con plena
inclusión y derechos sociales extendidos, lo cual configurará estratégicamente
otro tipo de sociedad, otro tipo de sistema social, que se aleje del capitalismo
actual.
Buenos Aires, Julio de
2015.
jueves, 16 de julio de 2015
VOTARÉ A
LABRUNA Y LOUSTEAU
Cabe aclarar, para los más jóvenes o
para los no futboleros, que Ángel Labruna fue un gran jugador de River Plate y
que Loustau (Félix, apodado Chaplín) integraba ?La Máquina? como wing izquierdo.
No sé si el joven Lousteau actual (el ?rulito?, según la inefable Lilita) jugará
al fútbol y si lo hará como wing. Como wing, eventualmente, podría ser; como
?izquierdo? ya sería más difícil. ?Rulito? tal vez sea zurdo para escribir o
para tomar la sopa, pero para pensar y actuar en política, no. Más bien, en
concreto, es ?derecho?, y hasta tal vez ?humano?, como su candidato final a
presidente de la Nación, el exitoso bailarín procesado (por su accionar, no por
sus excelsos pasos de baile) Mauricio Macri. Rulito no es de izquierda, pero
-hay que reconocer- podría llegar a transformarse en siniestro.
Y entonces, ¿por qué votaré, aunque
con pesar, a Martín Lousteau? Porque se trata de política y no de opciones
estéticas, principistas, abstractas. La opción concreta del domingo es Rodríguez
Larreta del PRO o Lousteau de ECO. No se trata de Recalde versus Larreta o
Lousteau. Ni mucho menos tener que optar entre Fidel Castro y la nueva indigna
?dama de hierro? Ángela Merkel.
El PRO y ECO son parecidos, pero no
idénticos. Que atrás (y adelante) de Lousteau está el Coti Nosiglia, la banda de
los Yacobitti, etc. es conocido. Del PRO, la nueva derecha ?lúcida? de
Argentina, articulada continental y mundialmente con lo peor del capitalismo
financiero, no es necesario agregar mucho más en la ocasión. El PRO es, sin
duda, el adversario principal que encarna lo más opuesto a cualquier proyecto
nacional y popular.
Votar en blanco, impugnar el voto o
no ir a votar aumenta los porcentajes de los candidatos. Si ganara Lousteau, por
cierto improbable, se debilitarían con contundencia las aspiraciones
presidenciales de Macri. Si la diferencia entre los porcentajes de Larreta y
Lousteau no resultara muy apreciable, ello podría minar las posibilidades de
Macri. En definitiva, no se trata sólo
de votar contra Larreta, sino fundamentalmente de votar contra
Macri.
Toda opción en política (valga la
redundante obviedad), es política. Sea el ?conciente? voto en blanco de la
ultraizquierda de Altamira del PO y del frente FIT; o del descreído y
?despolitizado? voto en blanco de cualquier ciudadano; o del voto en blanco o
impugnado de los ?principistas? que estiman que Larreta y Lousteau significan lo
mismo y que no quieren ?tragarse el sapo? de votar a ?Rulito?; todas esas
opciones contribuyen -aunque no lo deseen o no lo adviertan- a apoyar el
proyecto neoliberal más conservador y destructivo. Votar en blanco o no votar favorece al PRO
y eso no es bueno para el país, especialmente para los sectores históricamente
más vulnerados.
Puedo comprender que a mis amigos, y
simultáneamente ?enemigos?, hinchas de Boca Juniors les pueda resultar más
indigesto tener que votar al rulito mediático, pero a mí como ?gallina?, hincha
de River, me será un poquito más fácil este domingo votar a Labruna (perdón, a
Lousteau).
Buenos Aires, julio 16 de 2015.
martes, 7 de julio de 2015
Nota publicada en "La Tecl@ Eñe". Revista Digital de Cultura y Política. Buenos Aires. Julio de 2015.
http://www.lateclaene.com/#!norberto-ayaln-/clxv
http://www.lateclaene.com/#!norberto-ayaln-/clxv
¿OTRA VEZ EL FISCAL
NISMAN?
Norberto Alayón – Profesor Titular
Regular
Facultad de Ciencias Sociales (UBA)
Distintos grupos, organizaciones y
dirigentes políticos, de los más retardatarios y objetivamente antinacionales,
se han vuelto a aglutinar en una argamasa enfermiza, ganada por el odio y el
resentimiento y probablemente también por la desesperación. En esencia, son los
mismos que armaron y convocaron la marcha del 18F que intentaba “construir” un héroe y
un mártir en la figura del fiscal Alberto Nisman, tortuoso personaje ligado
estrechamente a la embajada de los Estados Unidos y a los servicios de
inteligencia.
Hoy, estos mismos sectores convocan
a una nueva marcha “republicana” (con reminiscencias de la “Unión Democrática”
de 1945/46) para el 7 de julio, apoyándose en el caso del juez Luis María
Cabral, tratando de “usar” a este magistrado y/o respaldándose
mutuamente.
Dicha marcha está activamente
promocionada, apoyada y convocada por la Asociación de Magistrados y
Funcionarios de la Justicia Nacional
conducida por el camarista antikirchnerista y convocante del
18F Ricardo
Recondo, junto a los fiscales Raúl Plee, Germán Moldes, Guillermo Marijuán,
Carlos Stornelli, José María Campagnoli, Ricardo Sáenz; por los diarios “Clarín”
y “La Nación ”
(a quienes no resulta higiénico caracterizar en esta ocasión); por Mauricio
Macri; por Elisa Carrió; por Ernesto Sanz de la UCR ; por Patricia Bullrich y Laura Alonso
del PRO; por Graciela Camaño de Barrionuevo y Facundo Moyano del Frente
Renovador de Sergio Massa; entre otros distinguidos
“patriotas”.
Aunque nada es totalmente escindible
(y menos en estas cuestiones de alto impacto institucional) podríamos desdoblar
el análisis en dos aspectos, al mero efecto de una mejor explicitación: el
jurídico y el político.
En cuanto a lo jurídico, veamos
algunos posibles interrogantes:
1)
¿Es
cierto que el doctor Luis María Cabral fue designado “a dedo” en 31 de agosto de
2011 en la
Cámara de Casación, como juez subrogante? ¿La ley establece que
la designación respectiva tendría que haberse realizada por sorteo? Y si fuera
ese el caso, ¿por qué el juez Cabral habría aceptado beneficiarse con un
procedimiento viciado de ilegalidad?
2)
El
reconocimiento profesional, laboral, salarial de los Camaristas, aunque sean
suplentes, ¿juega mucho en las aspiraciones de ascenso de los jueces de grado?
3)
El
mantener dos puestos como camarista y juez a cargo de otro tribunal ¿le resta
capacidad operativa e idónea administración de justicia a los
magistrados?
4)
¿Es usual
que en la
Justicia las suplencias (subrogancias) duren cuatro
años?
5)
¿El juez
Cabral no se presentó al Concurso, que ya está en etapa de sustanciación, para
designar a Camaristas titulares y regularizar el funcionamiento, evitando tener
que apelar a suplencias transitorias?
6)
¿Cabral
aspira a ser nominado como futuro integrante de la
Corte Suprema de Justicia de la Nación ? ¿La oposición
antikirchnerista podría proponerlo?
Pero vayamos ahora, al otro aspecto,
el principal: al directamente político, inseparable de las cuestiones
supuestamente sólo “jurídicas”. Porque nadie puede desconocer que los jueces, y
especialmente los Camaristas y los Supremos, son actores políticos (de uno de
los tres poderes del Estado) de altísima relevancia e incidencia en los destinos
de un país.
Y entonces, formulamos estos otros
interrogantes:
1)
¿El
doctor Cabral, que no pierde en modo alguno su cargo de juez y que fue durante
varios años Presidente de la
Asociación de Magistrados y Funcionarios de la Justicia Nacional ,
es o se transformó en un opositor al gobierno?
2)
Si es o
se transformó en un opositor al gobierno, ¿de ahí derivaría su intransigencia
para no aceptar la finalización de su suplencia que ya lleva casi cuatro
años?
3)
¿Los
convocantes y adherentes a la marcha del 7J, que encarnan las posiciones más
reaccionarias y degradadas de la política nacional, se quieren montar sobre
Cabral para golpear y debilitar al gobierno, especialmente en esta época de
campaña electoral? Si fuera así: ¿una vez “usado” Cabral (como lo usaron a
Nisman), cree el juez que obtendría el reconocimiento eterno de estos sectores y
lo incorporarían a sus distinguidos círculos de privilegios
varios?
4)
Si fuera
a la inversa, es decir si Cabral quisiera “usar” a estos grupos y sectores para
proteger y garantizar sus aspiraciones personales y políticas, ¿no le
importaría, en pos de sus objetivos, la catadura y las posiciones políticas de
sus circunstanciales “amigos”?
En cualquier caso, si la barbarie
opositora quiere “usar” a Cabral, o si Cabral quiere “usar” a la barbarie
opositora, o si ambos deciden actuar en forma conjunta en contra del gobierno,
podríamos sacar un par de conclusiones: en primer lugar que hay que tener muy
buen estómago y una gran plasticidad ética para soportar semejante convivencia.
Y en segundo término, que el episodio entraña una objetiva opción de hierro:
contribuir a sostener y profundizar un proyecto de corte nacional y popular o
contribuir al intento de restauración conservadora de los neoliberales de los 90
coaligados con lo peor del capitalismo mundial y herederos de la dictadura
cívico-militar-eclesiástica de Videla y Martínez de Hoz.
Eso sí, mientras seguimos el curso
de los acontecimientos, como dijera el patriota en serio Mariano Moreno, a la
marcha del 7J no asistiré “ni ebrio, ni dormido”.
Buenos Aires, Julio 1 de 2015.
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