COMPARTO ESTA NOTA QUE ME PUBLICÓ EL DIARIO “PÁGINA 12” EL 28/11/2020 SOBRE EL NAZI PRIEBKE Y EL COLEGIO DE BARILOCHE DONDE ESTUDIÓ MARÍA SOLEDAD ACUÑA, LA MINISTRA DE EDUCACIÓN DE HORACIO RODRÍGUEZ LARRETA EN LA CIUDAD DE BUENOS AIRES.
El Instituto Primo Capraro es una destacada institución
educativa, dependiente de la Asociación Cultural Germano Argentina de
Bariloche, que brinda servicios en los niveles inicial, primario y secundario.
Erich Priebke fue un criminal nazi que llegó a Buenos Aires
en 1948 y que, al poco tiempo, se radicó en la ciudad de Bariloche. En 1995 fue
extraditado para ser juzgado en Italia por la masacre de las Fosas Ardeatinas
de Roma, acaecida el 24 de marzo de 1944. Como responsable de dicha acción,
donde se produjo la matanza de 335 civiles, entre ellos niños de 14 y 15 años,
fue condenado a cadena perpetua como criminal de guerra por la Corte Militar de
Apelaciones en 1998. Por tener 85 años en ese
momento, cumplió la prisión en su domicilio de Roma, donde falleció en 2013 a
los 100 años de edad. En virtud de que nadie quería hacerse cargo de sus
exequias, fue enterrado en el cementerio de una cárcel en Cerdeña.
Priebke fue en Bariloche miembro, vicepresidente y presidente
en los años 80 de la Asociación Cultural de la cual depende el Instituto Primo
Capraro. Carlos Echeverría, documentalista y cineasta, da cuenta que en 1953 en
el Instituto “comienzan a agruparse los inmigrantes, nostálgicos nazis, que
llegaron al país en el ‘48”.
En el colegio se festejaba el cumpleaños de Adolf Hitler y su
ascenso al poder. Sobre los alumnos que allí cursaban, Echeverría señaló que
“mientras estudiaron allí la visión rectora era la de Priebke. Y todos tenían
su foto grupal con él. Porque él se ocupó de perpetuarse en las fotos de todos
en el colegio”.
La periodista Patricia Chaina, en la nota de Página/12 del 22
de noviembre, menciona que en el colegio “se prohibía ver “La lista de
Schindler”, se prohibía leer a Heinrich Böll, premio Nobel de Literatura en
1972. “Es comunista” le decían a la profesora que lo recomendaba”.
Uki Goñi es un experto en estudiar los vínculos argentinos
con los refugiados nazis. Afirmó, el 24 de noviembre, que “La nota de Página/12
me parece válida” (refiriéndose a la firmada por Chaina). Y agregó: “Ojalá
hubiera más debate todavía sobre la presencia nazi en Argentina. No es menor
que el director de la Capraro fuera un criminal SS”. Dijo, asimismo, que “Es
obviamente relevante informar el colegio tan particular al que asistió la
responsable de educación CABA”. Y que “Es válido preguntarse qué evaluación ha
hecho Acuña sobre Priebke”.
Una ex alumna del Instituto Capraro, preocupada por la imagen
de esa institución y por la eventualidad de que fuera creíble la irracionalidad
de algunos que pudieran presuponer que todos los alumnos del colegio compartían
la ideología nazi, me comentó -refiriéndose a Priebke- “su rol era acerca de
las fechas festivas, organizaba esas fiestas, también era parte de la
coordinación de intercambios estudiantiles. Alguna que otra vez daba un
discurso al comienzo de clases acerca de la importancia de educarse, pero nunca
fue parte vital de la escuela, era como cualquier alemán que participaba”.
Agregó que “El colegio al que asistí jamás tuvo ni por asomo influencia nazi,
ni doctrina ni nada”.
Más allá del intento de deslindar responsabilidades mayores,
la simple mención que recuerda la ex alumna de las actividades que llevaba a cabo Priebke, no
hace más que confirmar el papel relevante que cumplía en el colegio este mentor
del nazismo.
El negacionismo sobre hechos atroces supone el intento de
ocultar intencionalmente lo acontecido o bien la necesidad de justificar como
no tan aborrecible lo que en realidad pasó.
En la Asociación Cultural de la cual dependía el Instituto
Capraro, alguien de Bariloche lo debe haber propuesto a Priebke; alguien lo
debe haber designado; algunos aceptaron compartir esa Comisión Directiva con un
criminal nazi. Que un criminal nazi no prestigia a ninguna institución, y mucho
menos a una educativa, es obvio y su presencia es repudiable.
Ante la enorme gravedad de la barbarie nazi, coincidimos
absolutamente con la exhortación que formuló Uki Goñi al decir que “Ojalá
hubiera más debate todavía sobre la presencia nazi en Argentina”. La memoria
activa, aunque lacerante, es imprescindible para protegernos de la posibilidad
de reiteración de los hechos históricos más abominables.
Cabe recordar también que, aún en la actualidad, a pesar del
horror, la ideología nazi en Argentina y en el mundo se enraíza en buena parte
de los militantes y adherentes de los partidos políticos conservadores.
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