Nota
que escribí en mi Facebook el 25/11/2015
ERNESTO SANZ, ESTEBAN BULLRICH Y LA AUH
Ernesto Sanz es el destacado “filósofo”
de la Unión Cívica Radical que afirmó que “la AUH (Asignación Universal por
Hijo) se iba a ir por la canaleta del juego y de la droga”, evidenciando
-miserablemente- la valoración que porta acerca de los sectores más postergados
de la sociedad. Puso al servicio irrestricto de Mauricio Macri y de la Alianza
“Cambiemos” al legendario partido. Imitó, con lamentable éxito, a Marcelo
Torcuato de Alvear, en la línea de abandonar frontalmente los intereses del
campo nacional y popular. Por obvias razones, nadie podría asegurar al desagüe
de qué canaleta lo mandaría Don Hipólito Irigoyen a este pigmeo antipopular.
Ahora acaba de renunciar y sólo despierta las penas de los dirigentes y
políticos conservadores.
Esteban Bullrich, el ministro de
Educación de la Ciudad de Buenos Aires desde diciembre de 2009 y próximo
ministro de Educación de la Nación, sostuvo que la Asignación Universal por
Hijo (AUH) “es una política del fracaso” y que el aumento del beneficio “genera
un problema para toda la sociedad”. Agregó que “aumentar la AUH es demostrar
por parte del Gobierno que es incapaz de resolver los problemas de pobreza, que
la única forma que tiene de resolver los problemas de la gente no es dando
trabajo y libertad con el trabajo o mejor educación sino dándole más plata”. Y
vaticinó que “en caso de que Macri llegue a la Presidencia en 2015 se
trabajaría para transformarlo en un subsidio al trabajo, que genere fuentes de
trabajo reales, no ficticias”. (Diario Ámbito Financiero, septiembre de 2012).
Estas afirmaciones de Bullrich se
emparentan con lo que fue la ideología de la dictadura cívico-militar y del
neoliberalismo de los 90, cuando se transformó al trabajo (o lo que se suponía
como trabajo) en un recurso de la asistencia para quienes no se esperaba que
hallaran un empleo en el mercado formal. Eran esos los subsidios a cambio de
alguna contraprestación, sin ningún acceso a la seguridad social, asociada al
empleo registrado. Contrariamente, sus componentes se restringían y se privatizaban.
Así, con la reforma del régimen de asignaciones familiares, sus montos (que se
adicionan al salario) se hicieron insignificantes; y con la reforma del régimen
jubilatorio, se crearon seguros individuales administrados por las AFJP, nuevos
agentes del mercado de capitales.
Contrapuesta a esa política neoliberal
es la AUH, creada como un componente de la seguridad social, extendiendo
derechos sociales a población excluida de la misma. Constituye un dispositivo
que amplía los derechos del trabajo a los hogares de trabajadores del mundo de
la informalidad, donde ciertamente se hallan los mayores índices de pobreza. La
promesa del ministro macrista Bullrich “de eliminar la AUH y reemplazarla por
planes laborales" es claramente, entonces, la promesa de la eliminación de
un derecho social y su reemplazo por planes asistencialistas para los que
quedan fuera del trabajo, volviendo a excluirlos de la seguridad social. Eso
es, en concreto, lo que se desprende de las palabras de Bullrich: volver a los
principios del individualismo y a un Estado neoliberal, que es precisamente el
proyecto del PRO y de “Cambiemos”. Para esos principios y ese Estado, los
“derechos” dependen del mercado; es decir, no hay derechos, sino capacidad (o
no) de compra. Según esta lógica, el que tenga dinero podrá comprar los
servicios (a la salud, a la educación, etc.) y el que no tenga dinero se tendrá
que resignar a prescindir de los mismos.
La AUH -como política del campo de la
seguridad social- fortaleció claramente la ampliación de derechos y contribuyó
a la constitución de las personas como sujetos autónomos. Ello va perfilando, a
la vez, la perspectiva de construcción de un nuevo tipo de relaciones sociales,
orientado hacia la cristalización de una mayor justicia social.
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