Por su odio “ALGUNOS PERIODISTAS DE LA OPOSICIÓN NECESITAN UN PSIQUIATRA” (Presidente ALBERTO FERNÁNDEZ). Dicho el 31/12/2020.
Vale también para hoy, donde algunos periodistas necesitan además sanciones.
El periodista australiano y ecuatoriano JULIÁN ASSANGE, fundador de WikiLeaks, sigue detenido en Inglaterra por haber difundido los crímenes de USA en Irak y Afganistán. LENÍN MORENO de Ecuador lo entregó a las autoridades británicas y el próximo paso sería la extradición a los Estados Unidos para encarcelarlo por toda su vida.
El cocinero macrista, MARTINIANO MOLINA, asumió como diputado en la Provincia de Buenos Aires SIN ESTAR VACUNADO. Es el mismo personaje que llegó a ser Intendente de Quilmes desde 2015 hasta 2019 y que creía que el “POZO DE BANFIELD” (centro clandestino de detención y tortura) era un bache en el pavimento.
Hace 2 años escribí esta nota con el
título “LOS GORILAS NO SON PROGRESISTAS”. Entiendo que, lamentablemente, sigue
teniendo plena vigencia en la actualidad.
HACE 5 AÑOS, EN 2016, DECÍAMOS:
Hoy, 23 de diciembre, hace ya 40 años, salí en libertad. Me había puesto preso la dictadura cívico-militar-eclesiástica, iniciada en marzo de 1976, por pensar distinto a ellos.
Básicamente, los mismos sectores y
actores que apoyaron esa terrible dictadura, hoy apoyan y sostienen el proyecto
conservador del PRO-Cambiemos. “Ellos” están ahí; “otros” o “nosotros” estamos
“acá”.
En el “ahí” y en el “acá”, se expresan y
se despliegan, aún complejamente, distintos proyectos de sociedad y de país.
Aunque sin propiciar simplificaciones dogmáticas, siempre -en concreto- ante
las grandes propuestas y disyuntivas societales, uno opta por estar “ahí” o por
estar “acá”.
Algunos están y siguen estando “ahí” y
otros -aún con los 40 años transcurridos- estamos “acá”. Y además, modestamente
orgullosos y alegres de seguir estando “acá”, a pesar de este triste período de
grave retroceso que estamos viviendo en Argentina.
JORNADA PRESENCIAL organizada por el COLEGIO DE PROFESIONALES DE TRABAJO SOCIAL DE SALTA (ARGENTINA).
Inscripciones a través del formulario Google: https://docs.google.com/.../1TY.../edit
PRESENTACIÓN DE LA TERCERA EDICIÓN MEXICANA DEL LIBRO "APUNTES PARA LA PRÁCTICA DEL TRABAJO SOCIAL" DE NORBERTO ALAYÓN.
https://www.facebook.com/362566677150067/videos/327898892118562
PRESENTACIÓN DE LIBRO. Sábado 27 de Noviembre de 2021(11 horas de Argentina). En VII Congreso Internacional RIEATS. Vía Zoom. Acceso libre vía facebook. 7mocongresointernacional@gmail.com
3ra.
edición publicada en México por Entorno Social, editorial de la RIEATS (Red de
Investigaciones y Estudios Avanzados en Trabajo Social).
Adjunto nota. SE
AGRADECE COMPARTIR.
CARACTERIZACIÓN DEL TRABAJO SOCIAL
Norberto Alayón - Profesor Consulto – Facultad de Ciencias Sociales (Universidad de Buenos Aires)
En 1985, hace ya 36 años, escribí el siguiente texto con algunas consideraciones que apuntaban a caracterizar la profesión de Trabajo Social. Lo transcribo textualmente, en el intento de contribuir a reflexionar acerca del accionar de las y los trabajadores sociales en esta época, observando que, aún hoy, en sus aspectos centrales mantiene una significativa vigencia.
“El Trabajo Social, como cualquier otra disciplina, no constituye una categoría abstracta, que funciona independientemente de las determinaciones histórico sociales, que se registran en tal o cual país en un periodo determinado.
El Trabajo Social no puede explicarse solamente desde sí mismo. Las profesiones no pueden definirse desde ellas mismas, sino por la función que cumplen en un orden social determinado.
Dentro de un mismo país, ¿habrán sido iguales las alternativas de desempeño del Trabajo Social en Chile, antes o después de 1973? ¿O en Cuba, antes o después de 1959? ¿O en la Argentina, antes o después de 1976? ¿O en Nicaragua, antes o después de 1979? ¿O en Uruguay, antes o después de 1973?
¿Y para el mismo año, en países distintos? En 1985, ¿será el mismo el Trabajo Social en Chile y en Nicaragua? ¿O en Haití y en Cuba? ¿O en El Salvador y en Paraguay?
Aunque suene a perogrullada, conviene recordar que la práctica y el desarrollo del Trabajo Social requiere ser considerado en el contexto de los procesos económicos y políticos vigentes.
De ahí que el emparentamiento del Trabajo Social con el funcionamiento y características de la sociedad en su conjunto y los procesos históricos, constituye una variable inexcusable para entender el por qué, el cómo y el para qué de nuestra profesión.
Es necesario interpretar la problemática teórica y práctica del Trabajo Social, desde el ángulo mayor del carácter y los fines del Estado y no -como casi tradicionalmente ha sucedido- partiendo meramente de la profesión en sí, como si se tratara de un espacio totalmente autónomo y prescindente de las orientaciones generales.
Esto no pretende negar, obviamente, la existencia de particularidades intrínsecas y específicas de la profesión de Trabajo Social. Tiende sí a alertar sobre desviaciones reduccionistas y auto centradas, muchas veces originadas en la inseguridad o bien directamente en posiciones conservadoras, que desean un Trabajo Social "incontaminado", o bien un Trabajo Social que opere como centro a partir del cual se insertarían el resto de categorías y la propia realidad social. El proceso es básicamente a la inversa, aunque reconocemos la presencia de una dinámica dual.
Es cierto también que el solo análisis de los condicionantes estructurales y coyunturales sobre las profesiones, no despeja acabadamente las particularidades de cada disciplina.
Cabe reconocer que también, en el propio desarrollo histórico de la profesión, se registraron desviaciones por parte de quienes -desde la óptica de sobrevalorar la dimensión ideológico-política- menoscababan los aspectos operativos de la profesión.
Pero ambas desviaciones, aunque merecedoras de legítimo cuestionamiento, son de distinta magnitud y perniciosidad. Quien olvida de adentrarse en la especificidad del Trabajo Social, habrá de pecar de discurso estéril para el propio desarrollo de la profesión. Pero quien, ingenua o reaccionariamente, se aleja de la comprensión adecuada de la función que predominantemente ha venido cumpliendo el Trabajo Social, seguramente desarrollará una práctica ya no estéril, sino cabalmente funcional a las necesidades de un sistema injusto, basado en la dominación.
Existen dos dimensiones, interrelacionadas, que requieren hábil e inteligente fusión por parte de los trabajadores sociales: la dimensión ideológico-política y la dimensión profesional. Ambas son necesarias, pero la historia del Trabajo Social nos indica que se pecó más en cuanto a la incomprensión de la dimensión ideológico- política, y es por ello que entendemos que debe ser recordada y reforzada permanentemente para neutralizar las interpretaciones ingenuas, que reafloran fortalecidamente en los períodos de atraso y retroceso social.
¿Un trabajador social latinoamericano puede creer que nada tiene que ver con el ejercicio de nuestra profesión, la existencia de la hegemonía externa sobre nuestros estados? La dependencia, es decir la ausencia de actuación soberana: ¿incidirá en algo en el Trabajo Social, cuando por ejemplo dependemos del Fondo Monetario Internacional para establecer cuál va a ser el salario de nuestros trabajadores? ¿Y al aumentar la problemática social, a causa de salarios insuficientes y de desempleados, no le compete al Trabajo Social entender estas causales, teniendo en cuenta que nosotros trabajamos sobre los problemas sociales de los sectores populares?
Como dice el uruguayo Eduardo Galeano, "nuestros países se vuelven ecos y van perdiendo la propia voz". Desde todos los espacios, incluido -por supuesto- el profesional, tendremos que pensar y actuar, buscando las maneras, aunque sean modestas, de poder contribuir a recuperar nuestra autonomía de voz y para siempre.
Pero para ello, aunque el aporte llegue a ser sencillo y exento de omnipotencia, es imprescindible identificar las verdaderas causas de la situación que padecemos.
No debería existir ningún trabajador social que no tuviera clara conciencia de la ausencia de independencia que sufrimos. Y esto sin pretender dirigir al trabajador social hacia la política partidaria directamente, sino porque resulta imprescindible para entender lúcidamente la propia práctica profesional.
Por todo ello, cuando pensamos en la necesidad de fortalecer la formación de los trabajadores sociales, actualizando y profundizando la currícula de estudio, también nos acordamos de José Hernández, quien en boca de "Martín Fierro" decía: "Hay hombres que de su cencia (sic) tienen la cabeza llena; hay sabios de todas menas, más digo sin ser muy ducho, es mejor que aprender mucho el aprender cosas buenas".
Y esto no por afán de barbarismo, inducción a no estudiar o torpe negativa de la necesaria perspectiva académica y científica, sino porque es vital el entendimiento de que muchas veces se nos enseñó (y otras tantas habremos enseñando nosotros mismos) una cantidad de conocimientos erróneos (para no decir falseados) y otros estériles o innecesarios, que enmascaraban y velaban la clave comprensión de nuestra propia realidad. Y no nos explayamos más sobre esto, pero que por lo menos nos queden tintineando por ahí, esas cuestiones de la "colonización pedagógica" y de la "dependencia cultural" y los nombres de los argentinos Arturo Jauretche y Raúl Scalabrini Ortiz.
Aunque ligeramente alguien pudiera suponerlo, no abogamos, de ninguna manera, por la parálisis profesional, pero tampoco por la zoncera, ni mucho menos por la complicidad.
Señalamos que la presente crisis económica internacional que exporta a los países subdesarrollados la “novedad” de las abultadas deudas externas, que vienen a contribuir a paliar los déficits de las potencias imperiales, contrae la expansión económica de nuestros países, y dificulta el crecimiento de políticas sociales acordes a las necesidades, por otra parte crecientes, de los sectores populares.
Ya no resulta asombroso para nadie, reconocer que esta perversa situación compromete el presente y el futuro de la nación pero especialmente afectará en tanto se mantengan las bases de nuestro funcionamiento social- a los sectores menos privilegiados de la sociedad, que son precisamente aquellos con los cuales trabaja nuestra profesión.
De esta manera, podremos verificar la presencia de determinadas circunstancias que consignaremos a continuación:
- Estamos en presencia de una creciente pauperización, con indicadores verdaderamente alarmantes.
- Ante ello, suponemos que se registrará un aumento de la demanda de los sectores populares, en pos de sus legítimas reivindicaciones.
- Asimismo, un crecimiento de movimientos sociales que aglutinen y organicen los reclamos populares.
- Observamos la imposibilidad de nuestros Estados de concurrir simultáneamente a pagar deudas e intereses y acudir a la atención de las necesidades sociales del conjunto de la sociedad.
- Creemos que se tendrá que convocar la decisión y/o asunción colectiva para atender uno u otro de los polos en cuestión.
- Inferimos que para cualquiera de estas alternativas, es probable que estemos en vísperas de un reacomodamiento significativo del quehacer del Trabajo Social.
Pensar en promoción y educación con contracción de políticas sociales, sin atender las urgentes demandas materiales, nos puede transformar a los trabajadores sociales en observadores estériles de la miseria ajena.
Reflexionar en la alternativa de que la conflictiva ecuación se resuelva en la perspectiva del interés del pueblo en su conjunto (opción intrínseca a la vocación y objetivos del Trabajo Social) nos llevará a introducirnos -desde el campo profesional- a contribuir en la construcción de un orden social, político y económico, por lo menos no igual al actual.
En cualquier caso, la agudeza de la crisis actual y le perentoriedad de acudir a la atención de sus efectos, seguramente generará en nuestra profesión la necesidad de adecuar alternativas, la necesidad de repensar los objetivos profesionales y seguramente también la necesidad de ensayar propuestas metodológicas acordes a la nuevas exigencias.
Cualquiera puede comprobar -hoy- que los derechos para toda a población a la salud, a la educación, a la vivienda, etc., teóricamente reconocidos como inalienables, se hallan virtualmente abolidos. Sólo la mala intención o la imaginación cándida de los voluntaristas, puede desconocer esta cruel realidad que patentiza la ausencia de justicia social.
Entre las necesidades sociales y los recursos que se asignan para atender a las mismas, existe una enorme brecha que -además- tiende a ensancharse progresivamente.
El Trabajo Social debe estar en condiciones, entonces, de reconocer en los determinantes estructurales y coyunturales, los elementos que caracterizan la realidad social; del mismo modo que podrá identificar con mayor nitidez las limitaciones, pero también los alcances y posibilidades del quehacer profesional.
La circunstancia de identificar las causas de las dificultades por las que atraviesan los sectores populares, resulta imprescindible para perfilar nuestra labor -a la par de neutralizar las concepciones ingenuas- en una perspectiva cada vez más científica y acorde a los requerimientos y necesidades de los grupos vulnerados.
Entendemos que en esta particular época de crisis, nuestro objetivo debe ser desde las instituciones de bienestar social o desde otras modalidades profesionales- acompañar activamente a los sectores populares en la resolución de sus necesidades y en la contribución al fortalecimiento de sus organizaciones.
A diferencia de algunos sectores de colegas que abominan de la práctica asistencial (que diferenciamos de la práctica asistencialista) en aras de un supuesto perfeccionamiento profesional, creemos que el Trabajo Social debe acrecentar la labor asistencial como eje articulador de un proceso de promoción, educación social y organización.
El Trabajo Social debe acompañar y apuntalar las demandas populares, en la búsqueda de la ampliación de políticas sociales que den respuesta a sus necesidades.
El trabajador social que ha perdido la capacidad de indignación y de rebeldía ante los problemas y las injusticias que padecen los sectores vulnerados, está más cerca de la esterilidad y de la enajenación que del buen desempeño profesional.”
¡AYER VOTAMOS A PERÓN, HOY VOTAMOS A ALAYÓN!
Más allá de la obvia exageración e impertinencia y de la necesidad actual
de preservar cierto humor ante la barbarie macrista, recuerdo con sonrisa este
eslogan de campaña que utilizamos en Posadas (Misiones) en las elecciones del
13 de abril de 1975.
Fui candidato a gobernador de Misiones por el FIP (Frente de Izquierda
Popular) y Perón ni siquiera se dignó a mandarme un mensaje de salutación.
Por su "culpa" no fui gobernador y hoy, en esta foto (de noviembre 2018) mientras
tomamos un café, parece mirarme con picardía y conmiseración.
Nota "EVA PERÓN Y JAVIER MILEI", publicada en el Diario "Página 12". Buenos Aires. 9/11/2021
https://www.pagina12.com.ar/380735-eva-peron-y-javier-milei
Sobre las necesidades y los
derechos
Eva Perón y
Javier Milei
9 de noviembre de 2021 - 17:01 - Diario "Página 12". Buenos Aires.
La memorable Eva Perón, hace 70 años, formuló un trascendental aforismo ligado a la justicia social: “Donde hay una necesidad nace un derecho”. Javier Milei, candidato a diputado nacional, que aparece como una suerte de Bolsonaro argentino, de falso “libertario” con reminiscencias hitlerianas, promete cancelar la aspiración de Evita expresando en un discurso público que “venimos a terminar con el verso ese de que donde hay una necesidad nace un derecho”.
A simple vista pareciera que
Milei es un enajenado mental; pero no es así. No necesita la atención
profesional de un virtuoso y comprometido especialista como Alfredo Moffatt.
No es un “loquito suelto” a desestimar, aunque se “hace el loco” para sumar
adeptos, como tantas otras y otros del partido PRO y de Juntos por el
Cambio, infectados de odio social y personal.
No es, y no debe ser considerado
así, un energúmeno, un payaso, un desquiciado, un imbécil, un extraviado, un
miserable; aunque sí su accionar se inscribe en una grave enfermedad social.
Es la enfermedad que padecen,
históricamente, aquellos sectores y clases sociales que conciben derechos y
privilegios sobre la expoliación de otros, garantizando para sí, y no para el
conjunto de la sociedad, el usufructo de los bienes socialmente producidos,
es decir generados por todos los habitantes de una nación.
De ahí que Milei, y sus
referentes regionales y mundiales que provocaron y continúan provocando
terribles catástrofes, encarna peligrosamente las posiciones más inhumanas que
sustentan, en la práctica, que donde hay una necesidad nace un mercado.
Y el “bondadoso” y “justo” mercado sabemos cómo funciona.
Por ello su discurso se enhebra
fuertemente con las propuestas de los tradicionales sectores conservadores de
la sociedad, del neoliberalismo local y global y recepta elogios en el país de Patricia
Bullrich, de Mauricio Macri, de Domingo Cavallo. Y del
extranjero recibe adhesiones del diputado Bolsonaro hijo y del ex futbolista
paraguayo y hoy político José Luis Chilavert. En Argentina, llegado el momento,
licuarán sus aparentes contradicciones o sus divergencias secundarias y
marcharán unidos en contra de los derechos de las mayorías.
Esta concepción, que
engañosamente promete “la libertad” y que también cautiva a muchos jóvenes
desesperanzados, concibe un tipo de sociedad que garantice derechos sólo para
algunos y no para todos. Por eso, no dudan en sincerarse enfáticamente y
anunciar que “van a terminar con el verso de los derechos”.
En esto Milei es firmemente
creíble y es totalmente coherente al oponerse a lo proclamado por Eva Perón. Y
no debe ser subestimado, suponiendo erróneamente que se trata de algo
circunstancial o pasajero. Si se enraíza y despliega, se convertirá en una
bárbara pandemia social y política mucho más difícil de combatir y serán
estériles los lamentos por lo que no se supo prevenir a tiempo.
Por eso, algunos estamos
totalmente en contra de las posiciones de Milei, de los llamados “libertarios”
y del neoliberalismo. Porque estamos a favor, y bregamos por ello, de la
construcción de una sociedad justa con derechos plenos para todos y todas.
* Norberto Alayón es trabajador
social y fue vicedecano de la Facultad de Ciencias Sociales (UBA).
Año 2012. En el MUSEO CASA DEL CHE GUEVARA en Alta Gracia (Córdoba, Argentina) donde el Che vivió parte de su infancia entre 1935 y 1937 y luego entre 1939 y 1943.
Visita de la Delegación de la Escuela de Trabajo Social de
la Universidad de Costa Rica. De izquierda a derecha: Marita Arce, Marcos Chinchilla,
Nidia Morera, Rita Meoño. Abajo, en el mismo orden: Zaira Romero y Lorena
Molina.
Nota “EL CHE GUEVARA Y JAVIER MILEI” publicada en la Revista “La Tecl@ Eñe”. 14/10/2021
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https://lateclaenerevista.com/el-che-guevara-yjavier-milei-pr-norberto-alayon/
Adjunto nota “MANUAL CASERO PARA LA MILITANCIA”, publicada en la Revista “La Tecl@ Eñe” – Buenos Aires – 4/10/2021
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https://lateclaenerevista.com/manual-casero-para-la-militancia-por-norberto-alayon/
Vandalizaron la imagen del CHE GUEVARA que pintamos en 2017 en la casa donde vivió en Buenos Aires (Aráoz 2180) y le agregaron la palabra “Libertad”. Adjunto palabras de JUAN MARTÍN (hermano del CHE) y mías en el Acto de colocación de la baldosa recordatoria.
https://www.facebook.com/100012765527877/videos/1239589129840379/
REENVÍO ESTE POSTEO DE HACE 4 AÑOS CUANDO GOBERNABA EL MACRISMO ANTINACIONAL. HOY, PATRICIA BULLRICH, LA SERVIL PRESIDENTA DEL PRO, PROPONE ENTREGAR NUESTRAS ISLAS MALVINAS A CAMBIO DE LA VACUNA DEL LABORATORIO PFIZER.