Mi modestísimo homenaje al GRAN DIEGO MARADONA, en esta nota que publiqué en el diario “Página 12”, el 20 de octubre de 2009.
MARADONA, EL OBSCENO
“Maradona estuvo mal. En rigor estuvo pésimo, con sus groseras expresiones dirigidas a algunos periodistas, en la conferencia de prensa después de haber clasificado para el Mundial de Sudáfrica. Se equivocó muy fiero por varias razones: en primer lugar por el carácter soez de sus manifestaciones; por la repercusión nacional y mundial que seguramente tendrían sus declaraciones; por eclipsar la principal noticia que fue la clasificación al Mundial; por desviar la necesidad de realizar análisis serios acerca de su papel como entrenador y sobre la débil performance deportiva del seleccionado.
Millones de personas escuchamos al unísono su muy explícita referencia a una práctica antigua, que no es abominable en sí y que responde a la legítima y voluntaria opción de libre albedrío entre adultos, pero que requiere de una consideración alturada, sin ventilarse de semejante manera ante una audiencia multitudinaria que, desde luego, también incluyó a niños y adolescentes.
Seguramente han habido comportamientos previos entre cierto periodismo y el propio Maradona que dieron pie (aunque no es justificable) a ese nivel de exabruptos. De todos modos es absolutamente cierto, también, que algunos periodistas y algunos medios pueden desencajar y encolerizar hasta al más pintado. Distorsionan, frivolizan, mienten, se mofan agresivamente. Algunos hasta fingen aparecer y/o se creen que son “la ética con patas”.
Y al día
siguiente, vino la respuesta de la “sociedad” y de los periodistas y sus
diversos medios. Y le dijeron de todo al verborrágico Director Técnico de
Existen, sin duda, distintas interpretaciones y valoraciones acerca de expresiones obscenas (si se quiere focalizadas) y de manifestaciones obscenas de carácter estructural en el funcionamiento de nuestras sociedades.
La obscenidad de la explotación y de las ganancias sin límites por parte de determinadas empresas; la obscenidad de los sectores económicos altamente concentrados y de enormes riquezas; la obscenidad de la consecuente pobreza; la obscenidad de los niños que mueren por desnutrición; la obscenidad de quienes no tienen acceso al empleo, a la salud y a la educación; la obscenidad de las mujeres (usualmente pobres) que innecesariamente mueren por prácticas abortivas que podrían evitarse o bien realizarse en adecuadas condiciones sanitarias, etc.
De todos modos, veamos algunos casos particulares:
¿Podría, por ejemplo, el senador Carlos Reuteman, ex gobernador de la provincia de Santa Fe, criticar la real obscenidad de Maradona? Cuando hace poco, ante la oferta de una eventual candidatura, Reuteman dijo que “se la podían meter en el ….”, lugar recóndito que poseen las personas.
¿Podrían algunos canales de televisión cuestionar la obscenidad de Maradona, cuando publicitan con imágenes sugestivas y de alto voltaje, que el público se comunique con un mensaje de texto para contactar con alguna exuberante y explícita “compañía” femenina.
¿Podría el diputado Francisco de Narváez imputar de obsceno a Maradona, cuando él reconoció por televisión que por todas sus grandes y diversas empresas pagaba menos impuestos que el periodista que lo entrevistaba?
¿Podría la
jerarquía de
El
tradicional matutino “
Maradona, el
obsceno, en definitiva es un niño de pecho al lado de algunos “respetables” y
bien “educados” actores políticos, económicos, eclesiásticos y periodísticos,
que pululan en nuestra sociedad.”
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