“LOS ANIMALES DE MACRI”
El
jueves pasado, en medio del caos económico que generó su gobierno y del aumento
descontrolado del dólar, Mauricio Macri, el presidente de la Argentina que
tiene buena parte de su cuantiosa fortuna personal y familiar bien resguardada
en el exterior, descansaba y disfrutaba en los Esteros del Iberá, en la
provincia de Corrientes, observando el lento andar de los cocodrilos.
Al
parecer, la relación de Macri con una diversidad de animales es peculiar.
Tiempo atrás, tal vez estimulado por Durán Barba, el bien remunerado asesor
ecuatoriano (que no es estúpido, pero sí maligno) hizo fotografiar a su perro “Balcarce”
sentado en el sillón presidencial en la Casa de Gobierno. Toda una muestra de
frivolidad trágica, disfrazada de presunta viveza de “niño bien”.
En
otro episodio, de sesgo estrafalario, su gobierno reemplazó a los personajes
históricos recordados en los billetes de la moneda nacional por las imágenes de
una serie de animales.
Lucas
Llach, el excéntrico vicepresidente del Banco Central que acaba de ser
desplazado, es un aficionado a la caza de guanacos (cuya imagen aparece ahora en
los billetes de 20 pesos). Su entretenimiento es correr descalzo a los guanacos
hasta que mueren del cansancio, por lo cual fue declarado “persona no grata” en
la provincia de Chubut.
Otro
supuesto gracioso del equipo de Macri, que el presidente altaneramente dice que
“es el mejor de los últimos cincuenta años”, el ministro de Medio Ambiente,
Sergio Bergman, apareció disfrazado de planta, intentando disimular su extrema
inoperancia.
La
semana pasada Macri retomó sus reiterados viajes de descanso, para solazarse
con los cocodrilos, mientras la mayoría del pueblo sufre las graves
consecuencias de su proyecto político, consolidando la deshumanización
inherente al gobierno que preside: el bestial gobierno de los ricos. ¡Con
perdón de los animales!
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